LOS BARES SON PARTE DE LA ESENCIA DE LAS CIUDADES
Las medidas restrictivas que el Gobierno impuso al sector terciario en Catalunya para frenar el coronavirus, ha dado la estocada mortal a bares y restaurantes.
Dichos locales han continuado abiertos de forma intermitente, pero así será imposible que puedan mantenerse. En Diciembre, el Gremio de Restauración advirtió a la Generalitat que abriendo 4,5 horas al día, era inviable su supervivencia y equivaldría al cierre masivo de establecimientos. Por otra parte, ha sido el sector menos protegido y el que menos ayudas directas ha recibido. Las promesas de la Generalitat, aún no se han materializado.
Se estima que más de una tercera parte de los locales no volverán a abrir por las deudas que acumulan. Ante esta situación, el Gremio pide ampliar el periodo para tramitar los expedientes de regulación y la suspensión de impuestos, aunque estas medidas tampoco los salvará del cierre definitivo.
La patronal de hostelería ha presentado 17 demandas contra la Administración Central. Actualmente se preparan más de 1000 demandas patrimoniales, que podrían aumentar en las próximas semanas y serán tramitadas en marzo al Ejecutivo. El mayor número de reclamaciones se están presentando de Catalunya, Asturias, Castilla y León y Murcia.
Hosteleria España, tras un análisis de cifras hasta el 15 de enero 2021, ha informado que solo el 24% del total ha recibido parte o la totalidad de las ayudas asignadas. Además los datos demuestran que más del 40% de las autonomías han estado más de 100 días cerrados totalmente. José Luis Yzuel, su presidente, defiende que las medidas adoptadas por el gobierno están arruinando al sector de forma gratuita y sin pensar en la repercusión que estas medidas tienen para miles de familias. El pasado año 2020, el sector cerró con un desplome en la facturación que alcanzó el 50%.
Paul Krugman argumenta que la menor productividad del sector servicios es el principal factor del estancamiento de los niveles de vida en muchos países. Por el desinterés que ha mostrado el Govern, no parece importarle demasiado que Catalunya pierda nivel de vida, y que se sumará a todo lo que ya ha perdido desde la deriva independentista.
No cabe duda que esta situación favorecerá a las Multinacionales de comida basura, que no solo se mantendrán, sino que ahora se harán mucho más vivibles. Sin embargo, estas franquicias de comida rápida y ambiente impersonal nunca serán " la casa del pueblo" como nuestros bares, que además son lugares de encuentro donde nos relajamos unos minutos sin mirar el reloj mientras leemos el diario, compartimos buenos momentos con amigos y familiares, celebramos pequeñas fiestas y cumpleaños, cantamos, reímos, intercambiamos opiniones y socializamos. Muchas veces se han cerrado acuerdos con empresas en una mesa de bar, se han reconciliado amigos o parejas, se han conocido mejor a los compañeros de trabajo, y se han conocido amigos que han durando toda la vida. Es gratificante cómo el camarero o el propietario se han alegrado al vernos, se han interesado por nuestra salud, han participado del algún cumpleaños obsequiándonos con un chupito gratis, o nos han despedido con un fuerte abrazo al cambiarnos de barrio.
Cada bar que se cierre en Barcelona, desaparece un pedacito de esencia de nuestra ciudad.
MÁS QUE BARES Este artículo fue publicado por el Periódico de Catalunya 7.02.2020
Luisa Vicente
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