Existen 3 grupos de consumidores de información.
- "Los desinformados, aquellos que se informan con imágenes o sólo a través de un titular.
- Los sobreinformados que están en el caos informativo del exceso.
- Por último, los informados que dedican tiempo a contrastar la información y cuajar criterios.
- Los que pertenecen a este último grupo, destacan por su intención, su atención y el tiempo que emplean en informarse, pero son bastante escasos."
Estamos ante la mayor tragedia humanitaria de nuestro siglo, y no es el Covid-19
40.000 personas morirán hoy en el mundo por inanición, pero nadie informa.
El Covid-19 amenaza con disparar el número de hambrientos en el mundo, mientras que el otro tira un tercio de la comida que produce, pero nadie informa.
Cerca de 821 millones de personas, una de cada nueve en el planeta, se acuesta y se levanta con el estómago vacío, pero nadie informa.
La falta de acceso a la comida mata a un ser humano cada dos segundos en algún lugar del planeta, pero nadie informa.
Si todas esas muertes ocurrieran en Europa, al cabo de un año enterraríamos al equivalente de los habitantes de Londres, París y Madrid, pero nadie informa.
Por comparar, en cinco meses de coronavirus han muerto en el mundo algo más de medio millón de personas. No hay pandemia más letal que la del hambre y se propaga sin imponer el estado de alarma, pero nadie informa.
El año pasado 135 millones de ciudadanos tuvieron que hacer frente a severas crisis alimentarias en 55 países debido a fenómenos meteorológicos, conflictos, recesiones económicas, emigraciones forzosas o de todo ello a la vez. No se conocen otras cifras más espeluznantes, pero nadie informa.
En Sudán del Sur, el 61% de la población no tiene comida a su alcance de manera regular y en Zimbabwe y la República Centroafricana, el 35%. En Yemen, Siria, Afganistán, Irak, Líbano, Haití o Venezuela la ausencia de alimentos mata a una legión de hombres, mujeres y niños desnutridos, invisibles, y moribundos, pero nadie informa.
El pronóstico para ellos y para otros muchos es devastador. El Programa Mundial de Alimentos (PMA), advierte que el impacto económico del Covid-19 durante 2020 abocará a la malnutrición a 265 millones de personas, el doble de personas que el año anterior , pero nadie informa.
Según los datos de la propia ONU, con un 2 o 3% de lo que los miembros de la OCDE hemos gastado en salvar a la banca en los últimos quince años se podría haber eliminado el hambre del mundo, pero nadie informa.
Cada día gastamos 4.000 millones de dólares en armamento, una cantidad suficiente para alimentar a todos los muertos por desnutrición durante 150 años, pero nadie informa.
Hoy las personas con sobrepeso duplican a los que padecen hambre crónica. Se estiman que son 1.600 millones, pero nadie informa.
La FAO enfrenta esta pandemia con un presupuesto ordinario para dos años que equivale a lo que Estados Unidos y Canadá gastan en una semana en comida para perros y gatos, pero nadie informa.
Tres grandes consorcios tienen el control del 75% de las semillas comerciales del mundo y el 63% de los agroquímicos, pero nadie informa.
El director ejecutivo del PMA, David Beasley ha dado la voz de alarma: «En unos pocos meses, amplias capas de la población se van a enfrentar a múltiples hambrunas de proporciones bíblicas. No sólo nos enfrentamos a una pandemia global sanitaria, sino también a una catástrofe humanitaria mundial" , pero nadie informa.
Estos datos que ha dado recientemente José Esquinas Alcázar, humanista, científico, Ingeniero Agrónomo en España, Doctor en Genética en California, y el mayor experto en el hambre en el mundo, los he referido para revelar algo que salta a la vista. ¿Qué relevancia y credibilidad tiene la sobreinformación que estamos recibiendo sobre el Covid-19 desde hace 5 meses durante 24 horas en todos los medios ?
Sin la difusión machacona y constante a todas horas de la pandemia, el Covid-19 no habría tenido apenas repercusión en el mundo. Una crisis sanitaria que no ha producido ni la décima parte de muertos por hambruna en el mundo, está acaparando los rotativos 24 horas al día sin descanso. ¿ Porqué? Da que pensar.
Uno cree después de ver los telediarios , leer la prensa, y ojear algunos medios digitales que está informado de la actualidad, sin embargo la realidad dista mucho de lo que creemos.
Ocurren dos cosas en la información
1º Muchos acontecimientos importantes no nos lo cuentan.
2º Lo que ha sucedido no es lo que nos han contado.
Los medios saben cómo distorsionar la realidad en interés de una reducidisima élite. Lo que creemos que está sucediendo en el mundo, es solo una falsa composición que va conformando paulatinamente la opinión pública que esa élite quiere que tengamos.
Desconfía cuando ciertas noticias aparezcan de forma tan sincronizada en todos los medios, y a la vez tan desincronizada en los datos que ofrecen. Está ocurriendo con el Covid-19, aunque la información pueda contener "algo" de verdad.
La desinformación ha sido una constante en el mundo de la (.des)información. La capacidad de los gobiernos de condicionar las noticias, es abrumadora.
Cuando el aluvión de información es desproporcionado como está ocurriendo ahora, la intención es que se hable a todas horas de esto.
Ser pasivos ante la artillería de los medios, es peligroso. No pienses que una cosa " es verdad porque lo ha dicho la tele" Eso nunca ocurrió.
Recordad la información que nos daba el ex Presidente Rodríguez Zapatero en la crisis 2008 cuando nos decía por plasma, que el préstamo de la UE era gratis, que al ciudadano no le costaría un solo euro, que iría destinado a socorrer a las familias y a impulsar a las Pymes. En realidad se destinó a rescatar a los bancos. El propio Presidente democráticamente elegido de un gobierno democrático, difundió esta noticia falsa y todos los medios dominantes volcaron en sus rotativos esta información falsa a pesar de saberlo. Engañar a millones de ciudadanos no les importó. ¿ No tienes suficiente ?
Percibo que el fantasma de la desinformación está hoy más presente que nunca. Existe una distancia abismal entre la realidad y lo que nos cuentan.
Tenlo claro. Lo que es mentira o es una media verdad, nunca será verdad por muchas veces que la repitan.
Según el periodista Ignacio Ramonet, catedrático en teoría de la Comunicación, especialista en geopolítica y estrategia internacional y consultor de la ONU, seguimos pensando por hábito que la censura sólo la ejercen los gobiernos autoritarios y las dictaduras que la practican amputando, prohibiendo, suprimiendo, truncando o desmembrando la información, sin embargo en la democracias practican igualmente la censura, aunque de manera más sutil. Alegando que son " bulos" intervienen noticias, suprimen canales de youtube, y borran grupos enteros de Facebook. Sabemos de qué va el invento del "bulo" y el "contrabulo" ¿ o nó ?
Los periódicos comenzaron a existir para decir la verdad, hoy existen para impedir que la verdad se diga.
Hay que partir del principio de que la censura es propio del poder, de cualquier poder. Dictadura y Democracia son Poder, no hay diferencia alguna.
El mecanismo de la censura en las democracias opera de dos maneras:
1º Por restricción, y/o eliminación.
Nos aseguran que eliminan tal o cual información " por transparencia " dando por hecho que son " bulos" y pueden confundirnos". Es una clara vulneración a nuestro derecho a elegir libremente la información que queramos tener. Los medios que sirven a unos determinados intereses, están pagados y subvencionados, no pueden erigirse en adalides de "la verdad" ¿ Cual verdad, la de ellos ?
¿ Quién vigila al vigilante ?
2º Por asfixia, sobreinformación y atasco.
Nos ofrecen tanta información, que no percibimos que alguna noticia, precisamente la más relevante, no aparece en ningún medio. Esto está ocurriendo con la guerra en Yemen que empezó en 2014 y hasta la fecha pocos sabemos qué atrocidades están ocurriendo allí; muertes de miles de mujeres y niños, violaciones, hambrunas, enfermedades, pandemias, todo esto sin que la ONU y la FAO hagan nada por impedirlo. Apagón en los medios. Probar de poner en Google " Guerra en Yemen ultima semana" , veréis que con todo lo que está ocurriendo a fecha de hoy, no aparecen ni 10 titulares sobre este conflicto.
Nuestro poder como consumidores de información es mayor que las 4 agencias que fabrican las noticias que nos sirven en un buffet libre colorido y barato. Seamos más selectivos. Consumamos información de mayor calidad, aunque tengamos que pagarla, ya que ni en democracia se nos permite tener garantías de las noticias que consumimos.
No podemos dejar que todo lo decida la política, el dinero y el soborno, ni tampoco que nos conviertan en consumidores pasivos de basura informativa.
Desecha, recicla lo que recibes, y quédate con las 4 verdades que nos cuentan, aparte de investigar por ti mismo lo que nos ocultan. No somos carne de manipulación informativa. No lo permitamos.
Luisa Vicente
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