FALSO NACIONALISMO
CATALÁN EN TIEMPOS DE COVID-19
Debido al cierre de fronteras por el Covid-19, Catalunya necesita del turismo interior. Para ello han difundido un video promocional solo en español con dos slogans:
"CATALUNYA ES MEJOR CON VOSOTROS"
“ LA FELICIDAD ES ESTAR UNIDOS”
Este vídeo demuestra que cuando nos necesitan, están dispuestos a aparcar sus exabruptos xenofobos, y su "fiebre amarilla" cuando les aprieta el zapato. Como dice el refrán: "Por interés te quiero Andrés"
En un mundo globalizado, imponer fronteras
denota retraso y sectarismo, algo que un país demócrata y moderno no se puede
permitir, y mucho menos inculcar ese ideario a sus ciudadanos y a las generaciones desde pequeños en las escuelas.
Todos necesitamos de todos, y en este momento de crisis económica, el Presidente Torra presupone que las "bestias taradas con forma humana", como ha descrito a los españoles, vendrán a rescatarla.
Estas tierras que antes eran prósperas por el trabajo de catalanes y españoles honrados que vinieron a trabajar y a dar lo mejor de sí mismos, se han convertido en una jungla de gente incívica que no respeta la ciudad, de zánganos y maleantes que duermen en las calles y que consumen alcohol y drogas a la luz del día. Se cometen robos, asaltos, incluso delitos de sangre, muchos de ellos por inmigrantes irregulares que sobreviven en la economìa sumergida y de alguna ayuda pública. Okupas aprovechados usurpan casas de lujo y mansiones con jardín, donde cultivan marihuana, pinchan la luz y el agua y luego la venden a traficantes. Abundan los vividores que asaltan la propiedad privada de familias trabajadoras, y cobran hasta 3.000 euros por dar una patada a la puerta de una casa para que entre otro a vivir gratis con todos los servicios pagados. Hasta que no reciba una órden judicial, el intruso tiene la estancia asegurada en una casa cómoda y amueblada que no es suya, mientras el propietario tiene que pagar un alquiler durante un año como mínimo, que es el tiempo que dura el proceso de ejecución, o buscarse la vida como sea. Ante tanta inseguridad, la gente vive con miedo en su propia ciudad, se siente totalmente desamparada por un Govern que no legisla como es debido, por unas Instituciones que no se implican y por una policia autonómica, y un cuerpo de seguridad que solo obedece órdenes.
La Catalunya próspera que se desarrolló entre otras cosas, a que miles de españoles se dejaron la piel y el sudor en esta tierra, hoy es conocida en el mundo como "Dangerous City" ( ciudad insegura )
En relación con su deuda, Catalunya es la Comunidad más endeudada. Desde hace años ha sido financiada por el FLA, o Tratado de Liquidez Autonómico, una línea de crédito creada por el Estado Español en 2012. Tuvo que acogerse al crédito ante la imposibilidad de que su deuda cotizara en los mercados al estar clasificada como bono basura por las agencias de calificación Standard & Poor's, Moody's y Fitch.
Un país prospera cuando sus gestores son independientes, no se venden a lobbies por un 3%, crean puestos de trabajo, empresas locales con políticas adecuadas, y proyectos rentables para que la gente trabaje y cotice sabiendo que sus impuestos serán bien gestionados y mejorararán su calidad de vida y la de sus familias.
Vivo en Catalunya hace casi 5 décadas, pero no reconozco mi ciudad. Hoy Barcelona es la ciudad más degradada, sucia y con el mayor índice de delincuencia y consumo de drogas duras. El numero de personas que abandona estas tierras y vuelven a sus zonas de origen, crece cada día. Su reputación está en entredicho internacionalmente. El turismo es cada vez de menos calidad y con menor poder adquisitivo. Proliferan mayoritariamente visitantes extranjeros de botellón y alpargata, algunos agresivos y hasta peligrosos por el consumo de substancias.
Creo que El Govern, aún siendo la Comunidad con más competencias que cualquier otra del país, no ha sabido gestionarla adecuadamente, y como muchos países bananeros, ahora vive preferentemente del turismo, lo que supone la gentrificación, y el desplazamiento de la gente al extrarradio. Los altos alquileres producidos por la burbuja del alquiler, supone para las clases medias que tengan que destinar entre el 45 y el 60% de sus ingresos al pago del alquiler, lo que les aboca a un nivel de precariedad, o incluso de pobreza permanente ante la certeza de que las rentas del alquiler no bajarán en el corto plazo, muy al contrario.
A pesar de que los gestores políticos no han estado a la altura, incomprensiblemente la ciudadanía catalana no ha sido crítica con su gestión, ni han hecho de contrapoder, por el contrario los aplauden sin cuestionar su corrupción y su desgobierno, y les pagan incluso sus astronómicas multas, a pesar de estar cobrando sueldos millonarios muy por encima de los que cobran los politicos de otras autonomias.
Flaco favor hace el pueblo catalán a Catalunya, si cree que por exhibir lazos amarillos, y dejarse amaestrar por un gobierno zombi y enfrentado entre sus propias formaciones, van a conseguir el cambio que la ciudadania quiere, y la que Catalunya necesita.
Soy consciente que gobernar es complicado, pero en el actual contexto del Covid-19 se ha puesto en evidencia el desinterés y la dejadez Institucional y política por dos asuntos claves que afectan direntamente a las personas, y en las cuales Catalunya tiene plena competencia:
1- La gestión en las residencias de ancianos y geriatricos.
2- El desamparo de la ciudadania frente a la inseguridad que vive Catalunya, en especial Barcelona.
Si el Govern tuviera la voluntad de subsanar de forma prioritaria estos dos asuntos, podria ser la primera piedra que ayudaría a reconstruir nuevas esperanzas de futuro y la confianza hacia las instituciones y sus politicos. Por otra parte, de haber gestionado esta pandemia de manera eficiente y comprometida, habria servido para poner en valor una eficiente gestión frente a la del gobierno Central, llena de errores, contradicciones y desconcierto, desde mi punto de vista.
Nos esperan tiempos de crisis, de incertidumbre, y de retos, por lo que Catalunya siempre tendrá la oportunidad de marcar la diferencia y el empuje que la caracteriza.
Luisa Vicente
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