RECORTES DE SANGRE. CUANDO LOS MUERTOS NO CUENTAN
Catalunya está colapsada por
la desvergüenza y la falta de compromiso social con sus discapacitados,
sus ancianos y sus enfermos. Recortes de sangre que han costado la vida a miles de personas débiles y desfavorecidas
sin que nadie cuestione a los responsables directos de estos hechos en una comunidad cada vez más decadente e injusta al emplear más recursos públicos en cosas innecesarias, y supérfluas, que en proteger a los que más lo necesitan.
En la época de vacas gordas
antes de la crisis 2008, despilfarraron nuestro dinero en mastodónticos edificios que poco
después quedaron a medio
construir, abandonados y hoy están a punto de ser demolidos muchos de ellos. Estos despropósitos fueron el resultado de pelotazos de servidores públicos de
todas las banderas y colores. Vendían su alma al diablo por un 3% de
comisión en la adjudicatura de obra pública, que luego evadian a paraísos fiscales, en lugar de destinarlo a
construir viviendas sociales, hospitales, residencias de ancianos, centros
de día y todo lo que estas personas necesitan, amén de colegios y
universidades que están a la cola de las universidades del mundo por “falta de presupuesto”, según dicen los Gestores políticos.
Más de diez años han pasado de la crisis y nuestros gobernantes siguen con la cultura del pelotazo invirtiendo en empresas inmobiliarias que explotan casas como pisos turísticos, casas que fueron arrebatadas a familias con niños que desahuciaron por el impago de 3 recibos en la hipoteca o del alquiler.
Muchos políticos han vendido edificios públicos a inversores internacionales sin darnos explicaciones qué edificios han vendido, quien ha sido el comprador, ni a dónde ha ido a parar el dinero obtenido por su venta, como ha ocurrido con el ex President de Catalunya Artur Más, actualmente inhabilitado de su cargo durante dos años por el cobro del del vergonzoso 3% de comisión, si no fue de un 4, un 5, un 6% o incluso más.
Muchos políticos han vendido edificios públicos a inversores internacionales sin darnos explicaciones qué edificios han vendido, quien ha sido el comprador, ni a dónde ha ido a parar el dinero obtenido por su venta, como ha ocurrido con el ex President de Catalunya Artur Más, actualmente inhabilitado de su cargo durante dos años por el cobro del del vergonzoso 3% de comisión, si no fue de un 4, un 5, un 6% o incluso más.
Según previsiones, en 30 años se duplicarán el número de personas mayores dependientes en Catalunya. Los trabajadores sociales culpan de esto a los recortes aplicados desde los gobiernos de Rajoy y Artur Más.
Artur Mas firma con Florentino el mantenimiento de 318 edificios del Govern catalán. Las adjudicaciones a la empresa de Pérez superan los 3 millones de euros. |
Mientras sus líderes políticos desbalijan urbanísticamente Catalunya a la chita callando y cobran comisiones millonarias, nuestro Presidente Pedro Sánchez guiña un ojo como ecologista comprometido a Greta Thumberg poniendo un barco a su servicio para que asista a la Cumbre
climática en Madrid sin que deje huella de emisiones contaminantes.
Trato de entender paradojas inexplicables como esta sin tener respuesta porqué hay gente que reiteradamente vota a partidos políticos que nunca cumplen sus promesas electorales.
Los recortes espeluznantes que para mí son recortes de sangre, para los políticos son sólo “efectos colaterales" como consecuencia de la la recesión que sufre Europa, pero veamos de qué estoy hablando:
Trato de entender paradojas inexplicables como esta sin tener respuesta porqué hay gente que reiteradamente vota a partidos políticos que nunca cumplen sus promesas electorales.
Los recortes espeluznantes que para mí son recortes de sangre, para los políticos son sólo “efectos colaterales" como consecuencia de la la recesión que sufre Europa, pero veamos de qué estoy hablando:
- Menos del 8% de las personas pobres cobran la renta mínima.
- 11.000 dependientes han muerto sin recibir ayuda.
- Cada día mueren 6 catalanes esperando una residencia.
- 11.194 catalanes han fallecido mientras estaban en lista de espera para ingresar en una residencia de la tercera edad, desde enero 2013 hasta diciembre 2017, según reconoce el propio Govern de la Generalitad.
- El 74% de los difuntos ya habían sido valorados por los servicios sociales y tenían el derecho reconocido, pero no pudieron entrar por falta de plaza.
Según informa el Periódico de
Catalunya, la ley de la dependencia establece que la espera para ingresar en
una residencia no puede superar los
seis meses. Pero la realidad es
otra.
Año tras año, centenares de catalanes, la mayoría abuelos de más de 80
años, mueren sin poder entrar en el centro
asistencial que han pedido.
El año en el que hubo menos defunciones fue el 2013,
con 1.598 fallecidos.
El peor, el 2015, con
2.943 personas que perdieron la vida en esta lista de espera. Estamos hablando de los últimos años de
las vidas de estas personas, que es el periodo que más cuidados necesitan.
¿ Qué nos cuesta
tratarles con dignidad?”, lamenta Cinta Pascual,
directora de la Asociació Catalana de
Recursos Asistenciales (ACRA).
En los últimos dos años
las defunciones de los beneficiarios han ido a menos. Sin embargo, según
demuestran los datos oficiales:
Se ha multiplicado por cinco el número de personas que mueren incluso antes de ser valoradas por el trabajador social.
Si en 2013 fallecieron 168 solicitantes, en 2017 ya eran 849.
Actualmente hay 18.438 personas catalogadas con el “máximo grado de dependencia”, es decir, que tienen el derecho reconocido para entrar en una residencia, pero están en lista de espera.
Tres de cada cuatro piden plaza en un centro de la demarcación de Barcelona.
Hay 52.865 solicitantes pendientes de valorar en los servicios sociales.
El 40% esperan la primera valoración, que recae en un equipo especializados de la Generalitat . El otro 60% aguardan al referente de los servicios sociales municipales que deberá pactar con ellos qué tipo de ayuda quiere y dónde quieren pedir plaza. De estas, solo una de cada cinco solicitudes están dentro del plazo legal.
Los responsables de la Comisió de Dependència del Col·legi de Treball Social de Catalunya aseguran que "faltan manos en los servicios sociales, plazas en las residencias y ayudas económicas a los dependientes”. En muchos casos, los trabajadores ven que cuando las personas ingresan en los centros necesitan otros recursos porque empeoran.
Se ha multiplicado por cinco el número de personas que mueren incluso antes de ser valoradas por el trabajador social.
Si en 2013 fallecieron 168 solicitantes, en 2017 ya eran 849.
Actualmente hay 18.438 personas catalogadas con el “máximo grado de dependencia”, es decir, que tienen el derecho reconocido para entrar en una residencia, pero están en lista de espera.
Tres de cada cuatro piden plaza en un centro de la demarcación de Barcelona.
Hay 52.865 solicitantes pendientes de valorar en los servicios sociales.
El 40% esperan la primera valoración, que recae en un equipo especializados de la Generalitat . El otro 60% aguardan al referente de los servicios sociales municipales que deberá pactar con ellos qué tipo de ayuda quiere y dónde quieren pedir plaza. De estas, solo una de cada cinco solicitudes están dentro del plazo legal.
Los responsables de la Comisió de Dependència del Col·legi de Treball Social de Catalunya aseguran que "faltan manos en los servicios sociales, plazas en las residencias y ayudas económicas a los dependientes”. En muchos casos, los trabajadores ven que cuando las personas ingresan en los centros necesitan otros recursos porque empeoran.
“En el 2012 una persona que
estaba en lista de espera podía cobrar 1.000 euros y mientras tanto pagarse una
plaza en la privada. Ahora solo cobran 400 euros. Con esto es imposible
financiar nada”, asegura su directora Cinta Pascual, que gestiona una residencia
de titularidad de la Generalitat que cuenta con 94 plazas.
· Tiene 800 ancianos en lista de espera. En algunos casos las
personas pueden estar cinco años esperando.
·
La situación es especialmente alarmante en Barcelona y alrededores, donde
faltan más plazas asistenciales.
· En los casos de emergencia y de
extrema vulnerabilidad, los abuelos desahuciados o los que tienen problemas de
salud graves y no tengan ningún familiar
que se haga cargo de él en su casa, los mismos ayuntamientos los llevan
a zonas lejanas, incluso los desplazan a residencias en otras provincias
donde la demanda es más baja. Esto les obliga a pasar el resto de su vida lejos de
donde han vivido, donde viven solos y desarraigados.
Los profesionales de servicios sociales que valoran los casos son los que reciben la angustia de las familias. “Es muy doloroso llamar para decir que ya hay plaza y que te respondan que el familiar ha muerto”, comentan los profesionales de la comisión de dependencia del Col·legi de Treball Social.
Los profesionales de servicios sociales que valoran los casos son los que reciben la angustia de las familias. “Es muy doloroso llamar para decir que ya hay plaza y que te respondan que el familiar ha muerto”, comentan los profesionales de la comisión de dependencia del Col·legi de Treball Social.
En esta misma respuesta
parlamentaria, el ‘conseller’ d’Afers Socials Chakir el Homrani asegura que han
aumentado un 22% la plantilla de las personas que se encargan de valorar los
casos.
Señala además que han
impulsado medidas para resolver la lista de espera en las zonas más afectadas:
los dos Vallès, Maresme, Alt Penedès y Anoia. También puntualizan que los
últimos tres meses de 2018 han aumentado la plantilla en las zonas donde hay
más espera en las valoraciones. También trabajan en un “plan de choque” para
contratar personal en Barcelona ciudad.
“No encuentro plaza ni
pagando un dineral” Dos casos reales.
1º CASO:
Hace cinco años que la madre de Loli vive con ella en casa. El mismo
tiempo que espera para entrar en una residencia de su barrio.
Fue en enero del 2014
cuando decidieron que lo mejor era que ingresara en este centro asistencial. Al
medio año vino una trabajadora social y decidió que la madre de Loli tenía una
dependencia severa, de grado 2. “En
aquél tiempo aún podía andar, y pensé que viniera a casa porque mientras que no
entrara en la residencia podría vivir mejor”. Luego Loli se quedó en el
paro, y la demencia de su madre fue a peor. Dejó de
trabajar, de salir a cenar, de hacer vacaciones y se dedicó a cuidar a su madre
en cuerpo y alma. “No tiene a nadie más, ella me lo ha dado todo”,
explica.
Hace un par de meses,
cuando Loli no estaba en casa, su madre se cayó y se rompió una vértebra. En
cuestión de meses tendrá que regresar a casa, pero Loli se ve incapaz. “Necesita estar en un sitio que tenga
grúa para moverla, que le puedan dar todos los cuidados”. Como la
residencia pública no llega, ha consultado hasta 14 residencias privadas. El precio
está entre los 2.000 y los 2.500 euros al mes. Loli está dispuesta a abrir un
préstamo con el banco “porque
dinero para pagar esto no lo tengo”. El problema es que tampoco el
mercado la puede ayudar: “están
todas llenas, no hay plazas”. Ante su estupor, ahora ha empezado a
consultar todo el Baix Llobregat. Quizá ingrese su madre en
Castelldefels. “Lo que más me duele
es no poder ir a verla cada día, aquí en el barrio sería distinto".
2º CASO:
La madre de A. P. no puede ni expresar su
indignación. Murió dos años y medio después de pedir una ayuda de la
dependencia. Ella tenía alzhéimer, demencia y problemas renales. “La asistenta social (que le acabó diagnosticando una dependencia de grado) tardó dos años en venir a casa”, .
Le dieron derecho a cobrar una ayuda económica de 400 euros, y una hora al día
de una trabajadora familiar. Tres meses después, la ayuda fue aprobada y la
trabajadora empezó a venir. La madre de A. P. murió dos días después. “Como no llegó a final de mes, nunca
hemos visto este dinero”. Pero mientras, ella y sus dos hermanas se
quedaron sin ahorros. “Durante
todo el tiempo que estuvimos esperando contratamos a una chica que venía por
las mañanas. Por las tardes nos turnábamos las hermanas. Yo me tuve que reducir
jornada, y pasé cobrar mucho menos”. Por el camino, fundieron los pocos
ahorros familiares. Un ejemplo, el gasto farmacéutico subía a los 40 euros
semanales. “Siempre me quedará saber que la
tratamos bien”. Pero la fatiga, el dolor y los
ahorros no los devuelve nadie.
Mientras todo estas desgracias ocurren a los más desfavorecidos, los más ricos de España han aumentado su fortuna en el último año.
En
concreto:
·
Las 100 personas con mayor riqueza son 1.500 millones más ricos
que el año pasado, sumando 148.200 millones de euros, un 1% más
respecto al dato de 2018, según las últimas cifras de Forbes. Amancio Ortega,
el fundado de Inditex, sigue a la cabeza de la lista.
·
Las cinco primeras fortunas de la lista suman 78.800 millones de
euros y suponen el 50,3% del total
de la riqueza. Entre
los ricos más destacados están Amancio Ortega, Sandra Ortega, Rafael del Pino,
Miguel Fluxà y Juan Roig.
Los muertos de las guerras y
de los conflictos bélicos se cuentan, pero los muertos por los recortes de sangre nunca salen en las
estadísticas. Son personas invisibles, sólo “daños colaterales” en el mundo irreal de los políticos.
Luisa Vicente
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