ALARMISMO CLIMÁTICO
& MERCANTILIZACIÓN DEL Co2
Las industrias deberían tener el mismo deber que el que se nos exige a nosotros para con el medio ambiente. Por otra parte pagar por emitir Co2 no está reduciendo su vetido a la atmósfera, al contrario cada año va en aumento.
Según dicen los expertos, la concentración del
dióxido de carbono en la atmósfera, o Co2 , uno de los principales responsables
del cambio climático, está en su máximo nivel desde hace tres millones de años. Sin embargo los actuales niveles de C02 se superaron en el
periodo Piloceno llegando a temperaturas
de 3 a 4 º C más elevadas que las actuales. Los árboles crecían en la Antártida y el nivel de los océanos era 15 metros
superior al de ahora.
Matteo
Willeit, investigador en el PIK y principal autor de un estudio publicado en Abril
2019 dijo:
“En el Plioceno no había ni ciclo glaciar ni
grandes capas glaciares en el hemisferio norte. El Co2 era demasiado elevado y
el clima demasiado caliente para permitirlo".
Según
Martin Siegert, profesor de geociencia en el Imperial College de Londres :
“La
última vez que el Co2 estuvo tan presente en la atmósfera, fue una vez capturado
por los árboles, las plantas y los animales, y enterrado con ellos tras su
muerte. Lo que hacemos desde hace 150 años es desenterrarlo y reenviarlo a la
atmósfera"
Para Siegert, haber superado actualmente los 400 ppm de Co2
no implica un alza amenazante del nivel de mar tan importante como la del
Piloceno. Pero, según él, si no se consigue
disminuir el Co2 a gran escala de la atmósfera, las consecuencias serán importantes, tarde o temprano.
PERMISO PARA CONTAMINAR.
Dejando
aparte esta reseña que demuestra el
alarmismo creado por todos
los gobiernos del mundo y la mayor parte
de la Comunidad científica cuando aseguran
que “nunca antes había existido
un nivel tan alto de Co2”, comprobamos que las industrias que menos se implican en contrarrestar el calentamiento global, son las que más contaminan: las grandes petroleras, empresas de Fracking, los
oligopolios de herbicidas e insecticidas, la industria de la automoción, la
industria de la aeronáutica, las plantas nucleares, las industrias de refineria del petroleo, las industrias cementeras, las industrias textiles, la industria del cine, los crematorios de cadáveres que en su mayoría incumplen la normativa ambiental, y muchas otras actividades Industriales. Este conglomerado de empresas no son nuestras, son de las grandes fortunas.
Nosotros sólo representamos una milésima parte
del gran problema que nos atribuyen en el calentamiento global.
Los medios de comunicación repiten hasta la saciedad que las personas somos los mayores culpables del impacto ambiental y nos indican como podemos solucionarlo: comprando cubiertos reutilizables, capsulas de Nespresso biodegradables, no utilizar bolsas de plástico del supermercado y cosas parecidas. Todo esto son acciones responsables que evidentemente están muy bien, pero la mayoría desconoce el impacto ambiental que producen esas grandes Industrias que he citado, a las que ningún medio señala.
Los medios de comunicación repiten hasta la saciedad que las personas somos los mayores culpables del impacto ambiental y nos indican como podemos solucionarlo: comprando cubiertos reutilizables, capsulas de Nespresso biodegradables, no utilizar bolsas de plástico del supermercado y cosas parecidas. Todo esto son acciones responsables que evidentemente están muy bien, pero la mayoría desconoce el impacto ambiental que producen esas grandes Industrias que he citado, a las que ningún medio señala.
De seguir ignorando su enorme peso en la crisis climática, que según los científicos será el mayor peligro al que se enfrenta la humanidad, estaremos limitando la responsabilidad que se debería exigir a las grandes Multinacionales.
El derecho a
contaminar, a cambio de pagar una tasa por todo lo que arrojan a la atmósfera, está permitido a infinidad de
empresas industriales. La mercantilización del Co2 y otros agentes contaminantes en un
mercado de emisiones, evidencia cuan complejo será acabar con la crisis ambiental.
Es un error creer que los mercados no afectan a los bienes que se intercambian. El sentido común nos dice que pagar para lanzar a la atmósfera toneladas de Co2 hace que el compromiso empresarial con el medio ambiente se retraiga en lugar de incentivarse.
Las industrias deberían tener el mismo deber que el que se nos exige a nosotros para con el medio ambiente. Por otra parte pagar por emitir Co2 no está reduciendo su vetido a la atmósfera, al contrario cada año va en aumento.
Pagar por contaminar no es la solución
La solución seria eliminar los gases de efecto invernadero, o al menos reducirlos todo lo posible.
La solución seria eliminar los gases de efecto invernadero, o al menos reducirlos todo lo posible.
Aunque se incrementara el precio por lanzar estas
sustancias a la atmósfera, que próximamente alcanzará los 25 euros por tonelada de carbono vertido a la
atmósfera, el mensaje que se da con este permiso mercantil, es que el
dinero libera a las industrias de toda responsabilidad de proteger el medio ambiente, en una palabra, contaminar no deja ningún
estigma moral a las empresas porque al pagar no se sienten culpables.
Por otra parte, observamos que contaminar representa una fuente inagotable de ingresos para los gobiernos, mientras que para la gente común representa tener que pagar más caro el gas y la electricidad, ya que las tasas que pagan por el vertido de Co2 a la atmósfera, las revertirán en el recibo de las energias bajo conceptos ininteligibles para el resignado consumidor. Resumiendo: la contaminación la acabamos pagando quienes menos contaminamos. No lo encuentro justo.
Por analogia a este despropósito sería igual a que la ley nos permitiera arrojar asbestos, mercurio o azufre en lagos y ríos, o lanzar bolsas de
basura por la ventanilla de nuestro coche mientras circulamos por una autopista a cambio de pagar una tasa. ¡ Vaya manera de preservar el planeta ¡
La falta de compromiso ambiental de las empresas al obtener permisos mercantiles para contaminar, deja una impronta en la sociedad y tiene parte de culpa de la poca motivación que existe por nuestra parte de preservar el medio ambiente.
La falta de compromiso ambiental de las empresas al obtener permisos mercantiles para contaminar, deja una impronta en la sociedad y tiene parte de culpa de la poca motivación que existe por nuestra parte de preservar el medio ambiente.
Mientras no se busquen otras alternativas que no sea comercializar los vertidos de efecto invernadero por parte de las Industrias, yo lo definiria más como un soborno que como una "sanción"., soborno que estamos pagando todos cada mes en los recibos de la luz, el gas y el agua, a pesar de que son ellos los que contaminan.
Luisa Vicente
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