AUTORRETRATO CAÓTICO
Hay ausencias que me acompañan durante toda la vida.
Demasiadas palabras vacías.
El ruido no mata mi silencio interior.
Principio y fin, un presente continuo.
30 suicidios al día en Barcelona, 30 liberaciones.
El 70% de nuestra vida es una obra de teatro.
En la caverna de Platón hay mucho miedo.
El negocio de la motivación no ha hecho feliz a nadie.
Mente para arrastrarme, conciencia para liberarme
Cada encuentro es una oportunidad.
Soy rica y poderosa. Se leer.
Quien me enseñó a escribir no murió, vive en cada uno de mis escritos.
Mis nietos son mis grandes maestros, pero no lo saben.
Mis caricias hablan mas que mi boca.
Los abrazos que no di, se han perdido para siempre.
Mi mente no soy yo.
Pensar me da libertad.
Soy menos que una molécula.
Ni siquiera los pájaros son libres.
Recibir una carta escrita a mano de quien amas, es lo mas bello que existe.
La soledad acompaña.
Soy adicta al conocimiento.
No me gusta mi nombre.
Siempre cuestioné la autoridad.
Amo a los ancianos y a los niños, ellos sacan lo mejor de mi.
Oler un puñado de tierra mojada borra el lodo de mi tristeza.
Luisa Vicente
Hay ausencias que me acompañan durante toda la vida.
Demasiadas palabras vacías.
El ruido no mata mi silencio interior.
Principio y fin, un presente continuo.
30 suicidios al día en Barcelona, 30 liberaciones.
El 70% de nuestra vida es una obra de teatro.
En la caverna de Platón hay mucho miedo.
El negocio de la motivación no ha hecho feliz a nadie.
Mente para arrastrarme, conciencia para liberarme
Cada encuentro es una oportunidad.
Soy rica y poderosa. Se leer.
Quien me enseñó a escribir no murió, vive en cada uno de mis escritos.
Mis nietos son mis grandes maestros, pero no lo saben.
Mis caricias hablan mas que mi boca.
Los abrazos que no di, se han perdido para siempre.
Mi mente no soy yo.
Pensar me da libertad.
Soy menos que una molécula.
Ni siquiera los pájaros son libres.
Recibir una carta escrita a mano de quien amas, es lo mas bello que existe.
La soledad acompaña.
Soy adicta al conocimiento.
No me gusta mi nombre.
Siempre cuestioné la autoridad.
Amo a los ancianos y a los niños, ellos sacan lo mejor de mi.
Oler un puñado de tierra mojada borra el lodo de mi tristeza.
Luisa Vicente
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